Aromas sutiles ~ [Libre]

No era demasiada placentero la fachada del lugar, era tan sólo la entrada, pero el aroma desde que pisé la la misma, me sugería que los rumores eran ciertos. Esta academia ciertamente no era común, el aroma de la entrada lo reconocía fácilmente, la única palabra que rondaba mi cabeza era la de "Sádico". Sonreí levemente y me encaminé a explorar el lugar.

Aunque éste aroma me agradaba, me sentí algo axfisiado por el simple hecho de que en esos momentos no era lo que quería. Ya me había saciado en el camino. Sacudí mis botas a pocos pasos de la entrada, haciendo saltar algo de tierra para que limpiara esas sutiles manchas de sangre que se encontraban en los bordes.

Me sonó el estómago, un viaje siempre abría el apetito, en especial si era uno que poseía características agradables, caso contrario, si el viaje causaba incomodidad y desagrado, lo único que existe en el estómago al llegar al punto fijado es indigestión.

Siendo una institución tan interesante y por supuesto de esta magnitud de tamaño, tendría que haber un comedor...
El cual, por supuesto no me costaría encontrar, ya que simplemente debía seguir mi olfato y encontrar el lugar donde este aroma de sugerencia "Sádica" se mezclace con placer y diversas especias. Algo intimidante el lugar, tan vácio, oscuro... Mis pisadas sonaban en el lugar, a pesar de que yo iba con cuidado, ya que nunca me gustó el escándalo, a menos que ameritara mostrar cierta presencia, cosa que en este caso, no se aplicaba.

Llegué a la cocina, buscando algo que pudiera hacer para saciar este apetito que crecía levemente. Me puse a revisar el lugar de a poco, no había mucho para cocinar, pero continué revisando con calma.

Mis dotes gastronómicos no son muy grandiosos... -Algo siempre podré llegar a hacer con un poco de ingenio- Me dije con voz baja insinuándome algo de ánimos para cocinar ...

Como cualquier recién llegada a un lugar desconocido empecé a observar todo con extrema curiosidad. El lugar era mucho más grande lo que aparentaba lo cual me daba la sensación de que sería un lugar "divertido" y esa ya era suficiente motivación para explorar cada rincón.

Conforme avanzaba en el recorrido mi interés se iba disipando, después de todo no había visto muchos estudiantes y tampoco nadie a quien poderle jugar una buena broma de mal gusto...sí de mal gusto para mí eran el tipo de bromas con las cuales las personas salían seriamente lastimadas, definitivamente si no encontraba a quien hacer sufrir y rápido empezaría a aburrirme mucho más en la academia. Después de un rato de nada interesante mi estómago empezó a hacer aquel sonido característico que me indicaba que debía comer algo si no quería terminar postrada en una cama de nuevo, por lo que busqué el camino hacia el comedor del lugar.

El lugar parecía estar igualmente solo, cosa que me dejó más desconcertada todavía; recorrí el lugar con total tranquilidad buscando algo de comer pero tampoco había nada lo cual hizo que me enfadara bastante, aún así mi rostro permanecía tan sereno como siempre y cualquiera que me viera no tendría ni idea de la tormenta que se había formado dentro de mí. Opté por sentarme para intentar recuperar la compostura hasta que ... -Algo siempre podré llegar a hacer con un poco de ingenio - Escuché esa frase, y por mi cabeza solo pudo pasar que era el cocinero de la academia. Me acerqué lentamente a la cocina y cuando atravesé las puertas observó a un curioso hombre intentando cocinar algo, no parecía una persona normal y tampoco me inspiraba confianza aunque...Yo suelo desconfiar de todo, reí y avancé con paso lento hasta llegar a donde estaba el hombre, lo observé de manera indiferente y le dije: - Señor...creo que va a terminar causando un desastre en la cocina...no huele muy bien. - Me alejé un poco y mostré mi ceño levemente fruncido, el hambre ya estaba empezando a causarme estragos.

El hombre no tardó mucho en percatarse de mi presencia, y la pregunta que me hizo me pareció algo...ilógica, esa era la palabra correcta para lo que se me pasó por la cabeza en ese momento, en fin hubo algo más perturbador en aquel hombre y fue su risa, tenía algo que no me cuadraba del todo, fue peor cuando realizó un comentario sobre el platillo que estaba preparando. ¿ Que acaso estabacocinando carne humana o que?, pensó mientras su expresión se iba tornando cada vez más fría.

Instantes después el hombre agregó una pregunta más, la cual aunque seguía considerando que tenía una respuesta obvia también pensaba que era conveniente que el personaje en cuestión supiera a que venía, después de todo tenía hambre. - Mmm...que que estoy haciendo aquí es algo obvio ¿no le parece?- enarqué una ceja y con una sonrisa algo maliciosa agregué - Y...en cuanto a mi cara...no tiene nada de malo, siempre ha sido así - dejé escapar un leve suspiro y me acerqué hasta uno de los armarios de la cocina, del cual saqué un juego de cubiertos, los limpié con cuidado y después los puse sobre el mesón. - Señor cocinero...solo espero que lo que sea que esté preparando sea de mi agrado - dije en tono autoritario para después darle la espalda y dirigirme con paso lento y elegante hacia la puerta de salida del lugar.